La implantación e implementación de la tecnología, es un proceso por el cual la empresa incorpora distintas herramientas tecnológicas para monitorizar los procesos de negocio que se realizan en toda la organización. La gran diferencia, y en él las empresas de transporte eso es más acentuado todavía, es si todo ello esta de acuerdo o no dentro de un Plan Estratégico previamente establecido o no.
No todas las empresas tiene establecido un plan estratégico de implantación tecnológica, en el sector del transporte, por su propia idiosincrasia, encontraremos muchas compañías de tamaño mediano y pequeño que carecen de este tipo de planes, e implantan herramientas tecnológicas que no están alineadas 100% con el ADN de su empresa. En estos casos, la tecnología no es un avance, sino una carga para la empresa, ha generado un coste de instalación cuyo ROI (retorno de la inversión) es deficitario, además de no generar ninguna mejora en la operativa ni en el servicio.
Tener un plan estratégico es el primer paso, toda empresa (y las de transporte no son una excepción), deben de tener un plan estratégico tecnológico, igual que tienen un plan de ventas por ejemplo. Este plan debe de recoger sobre todo las dos áreas más importantes sobre las que se trabaja: el hardware y el software. El hardware representa todos esos dispositivos tecnológicos físicos como pueden ser pistolas lectoras, métodos de sensorización etc, mientras que el software engloba toda la programación que hace posible el uso de todos esos dispositivos físicos que tenemos implantados en la empresa.
La tecnología empresarial debe de suponer mayor eficiencia y menor coste; mejorar la competitividad de la empresa frente a la competencia, aumentar la seguridad tanto a nivel interno como externo, e incluso abrir nuevas oportunidades de negocio deben de ser objetivos claramente marcados en el plan estratégico. Los esfuerzos deben de centrarse en lograr esos objetivos.
Pero incluso por encima de estos objetivos, antes de iniciar el plan estratégico tecnológico, la dirección de una empresa de transporte debe de preguntarse CUÁL ES EL OBJETIVO DE LA IMPLANTACIÓN TECNOLÓGICA. Básicamente encontraremos dos motivos:
1-Motivos internos de la compañía (control de la actividad, gestiones operacionales etc)
2-Motivos externos (mejora del servicio al cliente, diferenciación de la competencia etc).
Es habitual, muy habitual en las empresas de transporte, ponderar y dar mayor importancia al punto primero, enfocar la implantación de nuevas tecnologías sobre todo en los procesos operacionales. Esta opción es la primera que se debe de hacer, el control de la actividad operacional es fundamental, es la base donde construir el edificio. Herramientas como los planificadores de rutas, control de las operaciones de cross docking o las torres de control de flotas y actividad son casi una “obligación” para una empresa de transporte.
El primer error parte cuando la empresa implanta una herramienta no alineada con su actividad, o incluso implanta demasiadas herramientas tecnológicas, sin pasar al segundo paso, que es tener el “control” estratégico de la compañía. El siguiente nivel se ve ya en menos compañías, estaría englobado por todas esas tecnologías que recogiendo los datos que generan las herramientas operacionales, crean un entorno de control, no operacional, sino estratégico. De poco nos sirve saber cuantos paquetes movemos por hora o minuto en una plataforma de cross docking, si después no analizamos toda la actividad del día para lograr una mayor eficiencia en las operaciones, evitar cuellos de botella en horario o rectificar la mercancía sin lectura por ejemplo.
Y nos quedaría el segundo paso, los motivos externos. Aquí hay a su vez una subdivisión, la primera es la que se crea de la propia competencia entre compañías de transporte. ¿Cuántas veces una empresa implanta una solución tecnológica sin necesidad, solo porque sus competidores lo han hecho? Exactamente, casi siempre…..
Pero nos queda posiblemente,, la parte más importante, la que junto con el control operacional debería de estar en la parte alta de los motivos a cumplir por el plan estratégico: QUE QUIERE EL CLIENTE.
¿Le hemos preguntado al cliente que es lo que espera de nosotros como proveedor suyo de transporte?
¿Qué nivel de información desea? ¿Con qué frecuencia? ¿Quiénes han de recibirlo?
¿Quiénes han de interactuar? ¿Cómo transmitimos la información?
Si como empresa de transporte, no se pregunta nada de esto a los clientes, el plan estratégico de implantación de tecnología esta cojo, solo estará enfocado a las operaciones internas, las cuales tendremos muy controladas, pero eso no significará una verdadera diferenciación frente a los competidores. Los procesos internos de control que se hagan en una empresa de transporte, si no tienen un traslado en el servicio que el cliente perciba de forma directa, son procesos que el cliente NO ve y no valora.